TEORIA PSICOANALITICA DE CARL JUNG
La teoría de Jung tiene como concepto central el individualismo.
La cual, divide a la psique en 3 partes:
El YO: ese identifica con la mente consciente.
El inconsciente personal: todo aquello que se forma en el pasado del individuo. Son los recuerdos reprimidos o que debido a su irrelevancia se elimina; y que, a su vez, este contiene partes de la personalidad que no logran aflorar del todo en la conciencia.
El inconsciente colectivo: se centra en la atmósfera de lo desconocido, es decir, en el pasado filogenético de cada individuo.
Jung nos dice que nacemos de una herencia psicológica y biológica y ambos son determinantes de la conducta y las experiencias.
En este caso, el material no se origina de las experiencias personales, estos tienen cierta relación con los arquetipos que, según el autor, son la tendencia o predisposiciones heredadas para responder al mundo.
Estos, se representan mediante figuras mitológicas, algunas de las cuales y las más conocidas son:
El niño divino
El doble
El viejo
El sabio
La madre primordial
Cada una de las partes de la estructura de la personalidad son también un arquetipo, dicha estructura se caracteriza por:
El yo
La persona
La sombra
El ánima
El animus
El self.
Por otro lado, Jung nos habla de 2 actitudes básicas para la personalidad:
La introversión: las personas son guiadas hacia dentro, se preocupan más en ver como el mundo les afecta a ellos mismos, sintiéndose mejor solo con su mundo interior y los sentimientos propios, pero no con los del resto.
La extraversión: las personas son guiadas hacia lo externo y ven como ellos logran dar un impacto hacia el mundo, orientándose hacia las relaciones sociales, el mundo y las cosas.
ARQUETIPOS.
Los contenidos del inconsciente colectivo son los llamados arquetipos. Jung también les llamó dominantes, imagos, imágenes primordiales o mitológicas y otros nombres, pero el término arquetipo es el más conocido. Sería una tendencia innata (no aprendida) a experimentar las cosas de una determinada manera.
El arquetipo carece de forma en sí mismo, pero actúa como un “principio organizador” sobre las cosas que vemos o hacemos. Funciona de la misma manera que los instintos en la teoría freudiana. El arquetipo es como un agujero negro en el espacio. Solo sabemos que está ahí por cómo atrae materia y luz hacia sí mismo.
El arquetipo materno
Este arquetipo es particularmente útil como ejemplo. Todos nuestros ancestros tuvieron madres. Hemos evolucionados en un ambiente que ha incluido una madre o un sustituto de ella. Nunca hubiéramos sobrevivido sin la conexión con una persona cuidadora en nuestros tiempos de infantes indefensos. Está claro que somos “construidos” de forma que refleja nuestro ambiente evolutivo: venimos a este mundo listo para desear una madre, la buscamos, la reconocemos y lidiamos con ella.
Así, el arquetipo de madre es una habilidad propia constituida evolutivamente y dirigida a reconocer una cierta relación, la de la “maternidad”. Jung establece esto como algo abstracto, y todos nosotros proyectamos el arquetipo a la generalidad del mundo y a personas particulares, usualmente nuestras propias madres. Incluso cuando un arquetipo no encuentra una persona real disponible, tendemos a personificarlo; esto es, lo convertimos en un personaje mitológico “de cuentos de hadas”, por ejemplo. Este personaje simboliza el arquetipo.
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